Buscamos el diseño original de Dios para esta gran idea de El que es la iglesia.
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lunes, 31 de octubre de 2011
La esencia de la Iglesia.
Este video resume mucho de lo que como iglesia deberiamos SER, y de nuestro llamado.
Entre Nosotros.
Hoy aprendí algo buenísimo acerca de la iglesia, y como dice mi amigo Martín Zanetti, no es sorprendente que Dios te hable, sino a veces en la forma en que lo hace. Como cuando nuestro amado Jesús pisó la tierra, El hoy me enseñó algo muy valioso acerca de nuestras relaciones en la Iglesia con algo de la vida cotidiana, como cuando hablo de la fe usando ese grano de mostaza.
Estaba intentando pintar una ventana (mejor dicho, parte de ella) y si hablamos de trabajos manuales, mejor me dedico a otra cosa, lo sé, no soy buen pintor, por eso casi nunca lo he intentado. Total que, esta mañana, cumpliendo mi compromiso de colaborar en el proyecto de la construcción de una librería para nuestra iglesia y para la comunidad acudí a mi cita, y en menos de lo que pensé, estaba con un pincel, duro por lo viejo, en mis manos tratando de cubrir un color azul de dicha abertura con pintura blanca sintética.
Harold, quien estaba a cargo de la complicada (para mí) tarea, me indicó en su muy básico español, donde debía pintar. Entendí y con mi aun más básico inglés, intercambiamos alguna conversación que por cierto, fue edificante.
Déjame hablarte de Harold. Es un hombre que vive en Hagerstown, una pequeña ciudad del Estado de Maryland, en los Estados Unidos de Norteamérica. Hace unos cuatro años que lo conocí en uno, quizá el primero, de sus viajes a la ciudad de México. Es maestro de Matemática Financiera, Economía y Filosofía Bíblica en el colegio Heritagge de aquella localidad. Fue director de esa escuela, y por lo que nos cuentan, muy capaz en su desempeño en cada uno de estos cargos. Se también, que luego de su trabajo de DIRECTOR de aquella institución, trabajaba en un supermercado acomodando mercancía. Lo que les quiero decir, es que, Harold, desde el momento que lo conocí, fue un ejemplo de humildad, dedicación a Dios y generosidad, a tal punto que cada año viaja a México para sumar, para animar, para alentar, para colaborar en cada sueño o proyecto que puede. El paga su pasaje y el de su esposa, así como todos sus gastos. Trae ofrenda que El y su iglesia (pequeña) recogen para bendecir nuestra iglesia. Han sido para nosotros, como familia también muy especiales, siempre interesados en nuestras necesidades, mostrando amor en acción.
Seguramente no es perfecto, lo sé, pero quiero contarte lo que Dios me enseño hoy por medio de Harold. Intentaba realizar mi misión casi imposible de pintar en los lugares donde él me dijo, y él venía por detrás con otro pincel, no mejor que el mío, cubriendo los “baches” que dejaba, pero siempre sonriendo y hablando en nuestro disonante spanglish. Me hizo pensar en la iglesia. Cuando vemos que nuestro compañero de equipo está haciendo mal las cosas porque no puede, porque tiene que crecer o aprender. ¿Qué actitud tomamos? ¿Tapamos sus “baches” con nuestros pinceles o hacemos notar que dejo esos baches y condenamos su error? He visto, con tristeza, que es más fácil lo segundo, lo malo, quizá por esa inclinación al mal que el Apóstol Pablo mencionaba. O quizá para demostrar que “si lo hubiera hecho yo, esos espacios sin pintar no estarían”, claro, siempre y cuando sea mi fuerte y no mi debilidad. Harold también se arrojo al suelo y pintó por debajo unos tirantes de la ventana que yo deje sin pintar, porque me era incomodo pintarlos y porque sinceramente, ni me di cuenta. Sin decir nada lo hizo. Algo que hubiera sido difícil para mí, el lo hizo. ¿Cuanto ayudamos a nuestros compañeros de equipo y hermanos en sus debilidades? Aunque nos tengamos que echar en el suelo. ¿Qué estoy dispuesto a hacer para ayudarlos en lugar de ir corriendo con todo mundo a “comentar” sus debilidades con el fin de que “oremos para que cambie”? No encuentro la diferencia entre ese “comentario” y el chisme. Claro, es una cuestión de nombres, pero el chisme es PECADO.
Solo dos pasajes quiero citar para terminar.
I Tesalonicenses 5:11 dice en la Nueva Versión internacional: “Por eso, anímense y edifíquense unos a otros, tal como lo vienen haciendo”. Si es tan claro este versículo, ¿porque hacemos lo contrario? ¿Porque a veces, dejamos salir de nuestra boca palabras o tenemos actitudes que no hacen ni una cosa ni la otra de las que Pablo le aconsejaba a los Tesalonicenses? Y eso que somos el Pueblo de Dios.
Gálatas 6:2 en la misma versión dice: “Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo” Mas allá que estas palabras fueron escritas en griego originalmente ¿Qué no entendemos de ellas? No dice aquí el apóstol: si tu hermano se lo merece, o si es tu amigo, etc.… solo dice, unos a los otros.
¨Imagino este maravilloso cuadro: La novia imperfecta, camino al altar, a encontrarse con su novio Jesús, mientras va siendo transformada de ramera a pura y santa, sin mancha alguna, hasta que Dios diga: “El novio puede besar a la Novia” en aquel gran momento que nos espera” (Junior Zapata, en una plática a nuestro equipo misionero).
Mientras transitamos ese camino, aprendamos a usar bien nuestra boca y nuestras actitudes, para edificar y no destruir, para animar y no desanimar, para servir y no pretender siempre ser servido, para amar a todos a quienes Dios ponga delante, los de adentro y los de afuera, y para que por la forma en que somos entre nosotros muchos puedan creer en El.
Soñando e intentando ser la iglesia que Dios diseñó para hoy y para este lugar.
Gerardo Pereyra.
Messi, Zaqueo, Jesús y Tu. Tu También Juegas - Lucas 19: 1 – 10
Tuve la alegría de poder ver el primer partido de la selección argentina de futbol por las eliminatorias para el mundial 2014. Mi hermana me regaló una entrada en un lugar muy bien ubicado. Estaba a metros del campo de juego, al lado de ex jugadores de futbol, técnicos, aún muy cerca del papá de Lionel Messi, el mejor jugador del mundo, a quien tuve la oportunidad de ver jugar esa misma noche y deleitarme con un futbol de alto vuelo, al igual que otros grandes jugadores de nivel mundial como Higuain, Dimaria, y otros. Y para rematarla, mi selección, ganó jugando muy bien, Messi hizo un gol y fue una experiencia inolvidable para mí.
Como les conté, tenía una buenísima ubicación en el estadio de River, el más grande de mi país, vi de cerca a estos grandes, y al más grande del futbol de hoy. Por un momento pensé lo bueno que sería estar en el campo de juego en lugar de esa muy buena ubicación. Jugar con ellos, interactuar, hacer un gol, etc. Una utopía para mí, pero, como buen argentino y “futbolero”, no pude dejar de pensar en eso.
Ahora déjame hacer un paralelo con la historia de Zaqueo. Como sabes o habrás leído, Zaqueo era un judío que cobraba impuestos a los judíos para los romanos. No era muy querido por su propio pueblo, era considerado algo así como un traidor. No obstante, Zaqueo quería conocer a Jesús, que seguramente ya tenía cierta fama, y se enteró que pasaría por su ciudad. Como era de baja estatura, se subió a un árbol para verlo en primera fila, en la “platea” de la calle principal de Jericó, quizá como aquella ubicación que tuve en el estadio de River.
Jesús lo vió, y no dudó en llamarlo por su nombre e invitarlo a bajar de ese árbol y caminar con él hacia su casa. Jesús quería algo más que un espectador. Quería ser parte de su vida, ir a su casa, comer con él, conocer a su familia, conocer su lugar, su entorno. También quería que Zaqueo lo conociera a Él. Entablar una relación, una amistad, ir más allá de una simple observación de alguien “famoso” que pasaba por ese lugar. Quería ser su AMIGO. Quería cambiar su vida.
Lo mismo pasa hoy. La invitación de Jesús sigue siendo la misma. “Bájate, voy a tu casa”. Quiero conocerte, que me conozcas, quiero saber cómo vives, cuáles son tus deseos, cuáles son tus dolores, cuáles son tus sueños. Quiero saber de tus amigos, y que tus amigos sepan de mi.
Jesús sigue invitándote a bajar de la platea de la religión, donde solo VAS a un lugar, a una actividad, para que juegues este partido, para que seas el protagonista. Protagonista no es simplemente tener un “ministerio” dentro de la iglesia, llegar a ser un “líder reconocido” un orador al que inviten a grandes conferencias llenas de luces y “glamour” cristiano, para alcanzar la “fama”.
Jesús te invita a bajarte del árbol de la religión, para conocer a tus amigos más profundamente, para ayudarlos con sus problemas, para entenderlos, para mostrarles el amor de Dios, mientras caminas con ellos. También para aquellos que no son tus amigos, pero están necesitados, tienen sed, y tienen hambre; tu puedes mostrarles a quien puede saciarlos. Protagonista es cambiar tu entorno con el amor y la luz de Jesús.
Esa noche, no jugué con ellos, solo miré lo que fue para mi, el mejor partido de mi vida, pero tu, en este equipo, donde Jesús es el capitán, el Único, el Mejor, tienes un lugar. No para ser la estrella, sino, para brillar porque estás al lado de Él, Anímate. Baja de la platea. Juega este partido. Se protagonista. ¿Te animas?
Gerardo Pereyra.
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